Durante los tres meses en Europa estuve principalmente en una pequeña ciudad de Holanda llamada Terneuzen, ubicada en la provincia de Zelanda. El hospedaje no fue problema, ya que pude quedarme en casa de familiares, convirtiendo así a ésta ciudad en mi punto de partida hacia las ciudades de los cuatro países europeos (Holanda, Bélgica, Francia e Italia) que más me interesaban conocer.

Presencie días de mucho frío y días súper cálidos, donde se veía a los habitantes disfrutar de paseos en bicicleta o en bote, caminatas con sus mascotas por el dique de la ciudad, picnics bajo árboles, de compras por el centro o por el mercado de flores o simplemente disfrutando del sol en el jardín de sus hogares.

Como la ciudad no recibe tantos turistas por ser poco conocida, entonces los ruidos se limitaban tan solo a algunos autos pasando o a las personas que iban en sus bicicletas. Indudablemente fue ésto lo que más me gusto de vivir allí: sentir tranquilidad día a día y conocer la forma de vida de los holandeses.

Además, conocí gente súper amable que me hicieron sentir como en casa todos los días, dando el saludo, ofreciendo todo tipo de ayuda, prestando libros y películas, hasta invitando a compartir las comidas con ellos. ¡Quede súper feliz con mi experiencia en Holanda! Y cada momento se ha convertido en recuerdos inolvidables para toda la vida…      

  ¡Espero volver a verte, Terneuzen!

 

Besos y abrazos, Vero.